viernes, 22 de mayo de 2015

Bones.Booth, el hombre callado.



Se nos olvida, a mí siempre se me olvida, que la protagonista de Bones es la doctora Temperance Brennan, que los demás personajes, incluido Booth, están ahí por ella, para ella, para ayudarla, para hacerla crecer, para darle consistencia, para amarla cuando ella lo consienta. Y se nos olvida porque el carisma de David Boreanaz es de tal calibre que nos confunde, que nos hace creer que Booth es su igual, pero no lo es. A él lo crearon para estár allí por ella, para lo que ella necesite, para lo que ella quiera.




Le costó a Brennan reconocerle como alguien digno de amar. En realidad sólo lo hizo cuando se dio cuenta de que otra mujer, a la que ella podía admirar, lo consideraba digno de amor. Hannah le hizo un gran favor a Booth y ya puestos a Brennan. Pero antes, mucho antes hubo otros que le llamaron perdedor, ella los creyó y como tal lo trató, como un perdedor.

Ocurrió en el episodio The Con Man in the Meth Lab (4.09). Cuando comienza, Booth está feliz, exultante, ha conseguido cerrar un caso importantísimo, EL CASO, cuando se haga público, le subirán el sueldo, su rostro aparecerá en una moneda, harán un desfile en su honor…

Pero llega su hermano Jared y… todo comienza a ir mal cuando Brennan lo conoce y se prenda de él y de la simetría de su rostro, y ¡quién no! si además era blanco y rubio como la cerveza y vestía uniforme de marinero.

Luego como siempre ocurre que lo que es susceptible de ponerse mal, termina siempre peor, Brennan acompaña a Jared a una fiesta en los jardines de la Casa Blanca. Lo que a continuación sucede es una muestra de cómo se la juega el destino a Booth. Como una tragicomedia.

PRIMER ACTO

¿PUEDES DARME UN EJEMPLO?




En los jardines, con el aroma de los jazmines como afrodisíaco, la música y los farolillos creando semipenumbra, el hermano y la compañera dejan a su libre albedrío a las hormonas, flirtean. Ella le reconoce a él su poderío, sus jefes le escuchan y él a ella le contesta con una “galantería” (de las de antaño), que lo hacen porque está acompañado por una mujer hermosa.




Estoy pensando que Booth se aburriría en una fiesta así —dice Brennan, brillantes los ojos, mirando a su alrededor, contemplando a los hombres que gobiernan al mundo pasearse con una copa en la mano de corro en corro, satisfecha de tener a uno de ellos a su lado.



— Esta clase de fiestas a él le ponen muy nervioso —responde Jared convencido de hacerle justicia a Booth—. No es que sea incapaz —aclara, para que no quede duda de su “generosidad”—. Mi hermano es muy, muy capaz…, pero es que parece tener miedo a triunfar. Se queda en lo más cómodo y se equivoca.



— ¿En serio? —pregunta Brennan pensativa, ¿en qué piensa? No por cierto en Booth. Y el amante hermano se explica.




—Por eso era francotirador. No le gusta asomar la cabeza por encima del cerro y agacha la cabeza por instinto —ten hermanos y no corras, le acaba de llamar cobarde, pero claro está delante de una mujer hermosa y para completar la traición añade—. Yo en cambio soy el primero en asaltar el cerro.


¿Puedes darme un ejemplo?—¡Qué pregunta! No puede dejar más a las claras lo que pretendía que ocurriera y por supuesto ocurrió. Qué marinero en su situación no desembarca en la isla.




Seguro que Seeley nunca ha corrido el riesgo.— Dice satisfecho, acaba de lanzarle un torpedo a la línea de flotación de su hermano. Que no, no lo había intentado, pero Brennan no podía haber olvidado que bajo el muérdago la navidad anterior se besaron y el movimiento telúrico que generó aquel beso provocó tal tsunami que hundió la flota americana del Pacífico.




¡Qué va! —le contesta sonriendo. ¡¡Lo había olvidado!! ¡Cómo pudo olvidar ese beso!! ¿That’s questión? ¿Qué pasó entre el episodio 3.09 y el 4.09? ¿Por qué actúa como si le hubieran borrado los recuerdos? ¿Se los borraron o era una vida alternativa? Demasiado ha llovido para remover viejas intenciones.


Y olvidado el hombre que los unió, los dos se sonríen, él guapo y ella hermosa, las sonrisas ocultan promesas; aún debían ponerse las cosas peor para Booth.

SEGUNDO ACTO

 BOOTH ES BOOTH A MEDIAS

¿Quién puede hacerle daño a Booth? Sólo Brennan. Una mujer a la que por entonces llevaba amando en silencio más de cuatro años. Una Brennan que en cambio nunca había pensado en Booth como sujeto de amor, ni siquiera como compañero de sexo; pero que abducida por el brillo de los farolillos y de las charreteras de los uniformes, estaba dispuesta a creer lo que de él dijera un hermano cuando menos rencoroso.


— ¿Puedo ofrecerte un consejo sobre el hermano de Booth?— le dice Cam a Brennan a la mañana siguiente de la fiesta.


Y en presencia de Clark, que suspira por estar siempre en medio de esas cosas, Brennan responde taxativa:
No me he acostado con él.


En esos instantes entra Angela, ha oído la mitad de la conversación y pregunta:
¿No te has acostado con quién?
—Jared Booth —responde Cam.
Bien—dice Angela.


¿Por qué?Pregunta Brennan alzando el mentón desafiante.


— Pues porque es el hermano de Booth… Sería una forma siniestra de acostarte con Booth sin acostarte con el verdadero Booth —Le explica Angela ante el agradecimiento de Cam que le asegura que ella no tendría el valor de decir eso en alto.

Y como Brennan es una científica que conoce a la perfección las leyes Mendelianas de la herencia, le replica segura:
Jared es un verdadero Booth.



Tiene razón, pero ni a Angela ni mucho menos a Cam les convencen las leyes de la genética. Habrán olvidado a Mendel o no sabrán quién es, pero conocen a los hombres y con un único vistazo Angela ha calibrado la diferencia de calidad de los hermanos Booth.


Jared es un Booth a medias —le responde Angela —Booth es el verdadero Booth —le asegura.


— Pero… ¿Y si Booth es Booth a medias? —pregunta Brennan.

TERCER ACTO
“NO USÓ LA PALABRA PERDEDOR”




Y como el destino siempre juega a su contra, al final el reconocimiento por EL CASO no se lo lleva Booth sino la policía estatal, les ha cedido la investigación (¿se puede hacer eso?) para sacar de un apuro a Jared a quien habían pillado bebido. Cam, la amiga fiel lo descubre enseguida. La conversación con Brennan es diferente. Se comenta por sí sola.



— ¿Qué ha pasado con el caso Rico? —le pregunta Brennan a Booth¿Has hecho algo mal?




— Explícate.




— No te has llevado todo el mérito ¿qué has hecho?


En la vida no todo es el mérito.



— No decías eso antes. Decías que el mérito lo es todo. Te ibas a Hawai, a salir en una moneda.


— Vamos a olvidarlo, Bones. Olvídalo.


Jared me dijo que tiendes a autolimitarte.




— ¿Jared te dijo eso? —pregunta asombrado, enfadado.


Dice que tienes miedo a triunfar.


Entonces soy un perdedor.


— No, no usó la palabra perdedor.



¿Y tú crees que lo soy? —le pregunta irritado señalándole a un detenido vestido con un uniforme chillón— Como ese tío de ahí, un payaso con un uniforme ridículo que no sabe hacer nada, eso es lo que crees que soy.



— A nivel antropológico los machos se clasifican con una jerarquía  y no hay nada malo en no estar en lo más alto.


— No me contestas Bones, contesta a mi pregunta.




Pero Brennan calla.  Y entonces, una vez más, como siempre suena el teléfono, el momento pasa y Booth generoso, olvida.

CUARTO ACTO
“NO HAY PRUEBAS”



Por supuesto que no todo quedó ahí, de haber sido así no estaríamos, ahora, seis años después, recordándolo porque por fin los productores han desnudado a Booth de la pátina de héroe y le hemos descubierto al engañar a Brennan, al recaer en el vicio del juego, como realmente era: Un payaso un poco más sexy que el de la gorra (al decir de quienes jalean a los productores y a la doctora por echarle de su vida y de su casa).




Pero por entonces todavía éramos adolescentes, todavía creíamos que los personajes respondían a sus caracteres y no a las circunstancias de la producción. Entonces aún necesitaban seguidores.




Brenan es un genio, pero su creador para que empaticemos con ella le concedió una tara. No sabe leer en su corazón (ella piensa con el cerebro) con la rapidez necesaria para no herirse, para no herir. Necesita de intermediarios que le abran los ojos.


En todas las decisiones “emocionales” los ha tenido. Booth le hizo ver que tenía que perdonar a su padre. Aldo Clements que tenía que creer en Booth cuando rechazó su petición de matrimonio. Lauren Eames (The Doctor in the Photo) que amaba a Booth, tres ejemplos.




En The Con Man in the Meth Lab ese papel lo asumen la doctora Saroyan y el doctor Sweets quienes le explican quién es Booth y cómo está sacando  continuamente las castañas del fuego a es Jared. “No hay pruebas”, les responde. Como siempre Brennan parece que no escucha, pero lo hace, vaya si lo hace y lo comprenden. Y entonces se venga de Jared Booth.




— El perdedor eres tú y lo que más histérica me pone es que te creí —le dice. Sí, casi está tan indignada con él como consigo misma. Y como en su corazón anida un cuco vengativo, después de marcharse vuelve y…


Lo tira de la silla y se larga tan pancha.

ACTO FINAL
“EL HOMBRE CALLADO”



Luego públicamente reconocerá su error “Sé quién es, pero a veces se me olvida porque no se ilumina así mismo con el foco. Ilumina a los demás”.


“Al trabajar con Booth he entendido que el hombre callado. El hombre callado, el hombre invisible. Ese hombre que siempre está ahí para su gente, su familia es el verdadero  alfa”.    .


Y el momento perdedor pasa.


Como también esto pasará. Aunque costará volver a unir los pedazos de los corazones rotos. 


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