miércoles, 25 de diciembre de 2013

Bones: The Ghost in the Killer, comunicado de Prensa.


Casi puede decirse que con nocturnidad y alevosía ha hecho público la Fox el comunicado de prensa del episodio de Bones que se emitirá el próximo viernes 10 de enero. The Ghost in the Killer. El episodio del regreso de Pelant, el del inicio del arco de la nueva y "terrorífica" asesina en serie, esa de quién nadie ha oído hablar, de la que nadie sabe nada (excepto los productores ejecutivos de Bones, por supuesto). La que si dios no lo remedia terminará por mor del cliffhanger prometido por Stephen Nathan para el final de la novena temporada cargándose al equipo del Jeffersonian, ese que cambiará definitivamente el escenario en el que Booth y Brennan se desenvuelven para resolver crímenes.




COMUNICADO DE PRENSA


El equipo del Jeffersonian investiga la muerte de Lana Brewster, una chica cuyos restos son entregados a Brennan y Booth en su propia casa por alguien que cree que su muerte, hace 18 años no fue un accidente. Cuando el equipo descubre que Lana fue asesinada y su muerte fue encubierta, la gente de su pasado se convierte en sospechosa, incluido un ex novio quien fue amigo de Hodgins. 


Sí está muerto 
Mientras tanto, Brennan comienza a tener sueños sobre Pelant (le llaman el genio tech, será posible) y sobre un potencialmente mas atroz asesino. quien podría estar involucrado en la muerte de Lana.

Artistas invitados: Eugene Byrd como Dr. Clark Edison; Kelly Rutherford como Stephanie McNamara; Chad Donella como Dan Brewster; Heather McComb como Erika Stamp; Mitchell Fink como Trent McNamara; Andrew Leeds como Christopher Pelant; Eileen Grubba como Donna Hastings. Leer el original aquí 
Kelly Rutherford amfAR Cine - P 2012
Kelly Rutherford interpreta a una vieja conocida del doctor Hodgins

viernes, 20 de diciembre de 2013

BONES: La décima temporada ¿una apuesta segura?


Al decir de Stephen Nathan, el productor ejecutivo de Bones, SÍ. Se lo ha confirmado entre risas a Michael Ausiello de TVLine, si Fox cancela Bones, la décima se haría en el salón de su casa.

Bromea, claro está, pero no parece que se vaya ver obligado a cumplir su palabra de acuerdo con lo publicado el 18 de diciembre por Tvline “La temporada 9 termina con un cliffhanger ¿la décima temporada es una conclusión inevitable?" titula la revista (leer la noticia aquí.)

Si nos atenemos a la definición seriéfila de cliffhanger la respuesta es SI, habrá décima temporada. Un cliffhanger es la escena o escenas que al final de un episodio o de una temporada de una serie, de la que se espera continuación, generan suspense o un shock para enganchar a la audiencia. ¿A cuenta de qué iban a terminar con un cliffhanger si no fuera a continuar la serie una temporada más? 

Los productores de Bones son muy dados a ellos, con mayor o menor fortuna los ha habido en todas las temporadas, del shock de la tercera no hablo, aún duele.

PRIMERA TEMPORADA
Es mi padre"


 Al final del episodio “La mujer del Limbo” cuando detienen al asesino de su madre Bones le dice que averiguará lo que pasó con su padre igual que averiguó lo que pasó con su madre. En la siguiente escena Booth, Russ y ella regresan a la casa, se están tomando unas cervezas, Bones enciende el contestador automático, hay un mensaje. Una voz dice: "Temperance, deja de buscarme, deja de buscarme inmediatamente, es mucho peor de lo que tú crees, por favor, déjalo". “¿Quién es?” Pregunta Booth y Bones mirándolo contesta “Es mi padre”. Fin de la primera temporada. Un cliffhanger de libro.

SEGUNDA TEMPORADA
"¿Que hacemos ahora?"


Episodio Mirando las estrellas desde el charco. Después de que Angela y Hodgins hayan huido de su propia boda, Booth y Brennan frente al altar se miran uno al otro. Bones le pregunta "¿Qué hacemos ahora" y los dos se vuelven a mirar a  la oficiante. ¿Se casarán o no se casarán? Era la pregunta por entonces, año 2007.

CUARTA TEMPORADA
"¿Quién eres?"


The End in the Beginning uno de mis episodios favoritos. Booth y Brennan son un matrimonio feliz, van a tener un niño "o una niña" dice Brennan sentada en el regazo de su marido. La escena cambia, habitación de hospital, Brennan escribe en el ordenador las últimas frases que pronuncia Hodgins reconvertido en escritor de novelas policíacas. En la cama Booth con la cabeza vendada por la operación del tumor se remueve, dice “Que sueño más raro”, Brennan se le acerca le llama y le pregunta ¿Estás bien? Booth sigue hablando para sí, “Era tan real”. “La operación fue bien, pero tuviste una mala reacción a la anestesia, estuviste en coma cuatro días”. Se miran, Booth parece ido, Brennan añade “Has tardado mucho en despertar” Booth insiste “Era tan real”. “No era real”, le corrige Brennan. Y entonces Booth fijándose en ella le pregunta “¿Quién eres?” Ya tenemos el suspense. Claro que hubiera quedado mejor si como luego declaró Hart Hanson, Booth hubiera dicho ¿Cuál eres?

QUINTA TEMPORADA
Tú a Boston yo a California.


Si en la cuarta el último episodio se tituló el Final del Principio, el último de la quinta, hay que ver cómo le gustan a los productores los jueguecitos, se tituló El Principio del Final. Pero era sólo eso, un juego. En la quinta para crear el suspense los mandaron a uno a Boston y al otro a California, como a las gemelas de la película; en realidad a las Islas Molucu y a Afganistan. Un cliffhanger bastante tonto porque nadie se creyó que la separación fuera a durar más que el tiempo que tardaron en grabar la escena. Los productores parecían faltos de ideas, pero ya llevaban cinco temporadas continuas de éxito y se dejaron ir.

SEXTA TEMPORADA
"Tú eres el padre"

El cliffhanger que cambió el juego. Que estuviera motivado por el embarazo de Emily Deschanel no importa, la serie a partir de esa frase cambió definitivamente. La escena está planteada para la sorpresa final. Booth y Brennan caminan de regreso del hospital, hablan de Angela y Hodgins que acaban de tener su bebé “Se les veía muy felices” Dice Brennan. "Sí, han tenido un niño", le responde Booth. "Su vida entera va a cambiar", insiste Brennan. Booth sigue a lo suyo: “Tener un hijo es una cosa buena”. Brennan como que no se lo cree le pregunta “¿Realmente piensas eso?” "Sí, es genial" y de repente Booth se detiene, la mira y le pregunta extrañado “¿Qué, qué?” Y añade mirándola “Vamos, Bones, el bebé está bien, es saludable, se aman el uno al otro, este es el día más feliz de sus vidas ¿OK? ¿Qué?” Y entonces Brennan, titubeando suelta la noticia inesperada “Estoy…, estoy embarazada”. La cara de Booth es un poema, hasta que la oye decir “Tú eres el padre”. Entonces sonríe.


SÉPTIMA TEMPORADA
"Voy a recuperar a mi familia"

La séptima es el año de Christine y por si era demasiado emotivo nos añaden al dios que todo lo ve, que todo lo oye, que todo lo sabe el increíble, nunca mejor dicho, asesino en serie Pelant. Brennan tiene que salir del sistema porque Pelant la acusa de haber matado a un amigo suyo. Max su padre la ayuda, y justo cuando termina el bautizo de Christine, mientras Booth va a buscar el coche huye. La penúltima escena es entre Booth y Max. Booth ha corrido tras el coche gritando. Se detiene en medio de la calzada viendo como se le escapan. Max a su espalda dice “Tenía que ser así”. “¿Qué? ¿A dónde van?, pregunta Booth. “Si lo supieras serías cómplice”, le contesta Max. “¿Cómplice? Es mi familia, ¿lo entiendes?” Y enfadado Booth le agarra por el cuello de la camisa. “Debería ir con ellas”, añade. “Quieres pegarme, lo sé, lo sé. Lo entiendo, Booth, adelante”. Pero Booth lo suelta, está desesperado. “Sé mejor que tú lo que es ser un fugitivo”. “¿Y qué debo hacer yo?”,  pregunta Booth,Quédate en el sistema. Sigue vivo. Yo me aseguraré  de que Tempe siga fuera". Y entonces Booth con toda la convicción del mundo le dice “Voy a recuperar a mi familia. Díselo a Bones”. “Entonces coge a ese cabrón y traerás a tu familia a casa. Yo las mantendré a salvo”.

OCTAVA TEMPORADA
"Bones, todo va bien ¿verdad?"

Y todo iba mal. Ya sabemos que en la octava Booth no atrapó a Pelant, no estaba de “dios”. Pero algo había que hacer, y con una bien orquestada campaña de manipulación de las fans en las semanas finales, llevándolas a creer que habría una propuesta de matrimonio y que los protagonistas comerían perdices, consiguieron…, que casi todo el mundo se les volviera en contra al obligar a qué Booth, siguiendo los dictados de Pelant, a desdecirse de haber dicho Sí a la propuesta de Brennan. 


Por supuesto


"Por supuesto" responde Brennan a Booth, pero su rostro desolado fue el espejo en el que se miraron las fans y así reaccionaron. A los productores esa furibunda reacción les asustó, vaya si lo hizo. Y en la novena se han sentido obligados a pagar. 

NOVENA TEMPORADA
¿Cuál será el cliffhanger de la novena? 

"Vamos a terminar con un gran suspense al final de la temporada” son las palabras de Stephen Nathan a Ausiello y añade. "Se va a cambiar, al menos temporalmente, el paisaje de la serie. Realmente será un gran cambio en cómo Booth y Brennan se ocuparán de los crímenes en el futuro".

Pero ojo ese cambio no afectará a su relación personal. No se van a divorciar. También lo ha dicho SN, guardádlo por lo que pueda pasar (enlace)

Son buenas noticias las de TVLine, de las de recortar y enmarcar. Y sobre todo como contrastan con el silencio mantenido por los productores desde que la Fox cambiara el día de emisión de Bones al viernes. El haber mantenido la audiencia, a la leal audiencia, parece que ha hecho que el viento cambie una vez más. ¿Recordáis las declaraciones que el 29 de octubre hizo Hart Hanson al mismo Ausiello? Parecía como si lanzase un reto a la cadena. Entonces HH dijo que si la novena iba a ser el final de la serie lo ideal sería elaborar un arco de cuatro a seis episodios y qué para eso necesitarían que la Fox les avisase de si el fin se iba a producir o no porque sería más satisfactorio para acabar la serie hacer ese arco que no tener que cambiar todo a última hora? (enlace aquí)

¿Si no se hubiera producido el aviso hablarían de cliffhanger? Me pregunto. ¿Para qué dejar a la audiencia colgada del precipicio si Bones se acaba? ¿Quedarán flecos en la negociación? ¿La Fox ha decidido anunciarlo más tarde? ¿Es una manipulación? No lo sé; pero lo que es cierto es que los productores, investidos del espíritu de la Navidad han querido darles a las fans a su sibilina manera, una buena noticia: 

Bones tendrá décima temporada en la Fox o en casa de Stephen Nathan. 

¿Por cual apostáis?

Yo apuesto porque habrá décima y será en la Fox. No creo que Stephen Nathan haya dicho lo que ha dicho sin estar seguro de que en el otoño de 2014 no se encontrará con casi siete millones de espectadores de Bones en la puerta de su casa esperando para ver la décima temporada en su salón.

Y si no os convencen mis suposiciones, mirad cómo están de eufóricos, este tuit es de Hart Hanson y reacciona ante la publicación de que Bones esta en el puesto 35 de las series más vistas.

martes, 17 de diciembre de 2013

GETTING ON. UNA HISTORIA DE NAUFRAGIOS


Y sin orquesta, por lo visto en los primeros episodios, que amenice el "fracaso", que ese y no otro fue el primer significado de la palabra "naufragio". Fracaso y sin posibilidad de mejora al que están abocadas las ancianas "arrecogidas" de la sala de cuidados geriátricos intensivos Billy Barnes del Mount Palms Hospital de Long Beach, California. Plató donde transcurre Getting On la "comedia" de seis episodios que el 24 de noviembre estrenó la cadena HBO. En Canal Plus series la emiten de madrugada desde el 2 de noviembre. El título puede traducirse por Embarcarse de ahí lo del naufragio, un poco de humor negro para ambientar.

La enfermera Dawn, el rostro del amanecer.
Porque de negro, sucio, pecante, cáustico, vitriólico, bilioso, inteligente y hasta epigramático puede calificarse el humor que se gastan en Getting On. Para que os hagáis una idea permitidme que os cuente el comienzo de "Nacida el 4 de Julio", su primer episodio. La serie se abre con el rostro blanco, surcado de arrugas de una anciana, está tendida en una cama de hospital, la boca entreabierta, la nariz afilada. La cámara se desplaza lentamente hacia su derecha y se fija en un pastel de chocolate; lo coronan dos velas, el número 87, y en el centro escrito con merengue se lee HAPPY BIRTHDAY LILIAN. 


Cambia el plano, la cámara espía a una mujer rechoncha, de cara redonda y mofletes airados, el pelo renegro sujeto por una fina diadema. Una Heidy envejecida. Juguetea con un smartphone y se ríe abiertamente, el rostro iluminado, parece feliz; en su mano izquierda reposa la de la anciana; teclea y al ritmo de los dedos mueve la cabeza, luego sus ojos se cubren con una mirada nostálgica, como de quién espera una respuesta agradable. Mira a la anciana y el rostro se le nubla; aparta el teléfono, le toma el pulso aunque parece conocer el diagnóstico. Los cumpleaños de Lilian han finiquitado.



El rostro del realismo.
He dicho comedia y por ahora parece un drama, esperad, la risa está a punto de llegar. Suenan dos golpes en la puerta de la habitación, aparece una enfermera negra, viste un mono rosa, también es entrada en carnes, la nueva dice "Hay una cagada en la silla de la sala de estar". La primera, la enfermera Dawn, la corrige: "Vale, lo primero de todo son heces. No es una mierda, no es una cagada"Denise, la enfermera negra repite "Hay heces en una silla de la sala de estar". Allí se quedarán casi todo el episodio.





Dicho así, sin anestesia, parece como si Getting On fuese una comedía habitada por la muerte y perfumada con heces. Lo es. Un poco rara, sí. Una serie en la que el sexo lo practican octogenarios descarnados y no modelos de Victoria Secret. Seguro que ya os estáis preguntando y entonces ¿cuándo se ríe uno en Getting On? Difícil soltar la carcajada, pero la sonrisa a veces te sorprende. Tal vez sea cierto, como dicen algunos críticos, que el humor de Getting On sea demasiado inteligente para la gente del común que nos reímos cuando alguien se cae, o recibe un golpe inesperado, o le pegan un tartazo. Como en las películas de Charlot o de Buster Keaton. El protagonista tropieza, cae y el público se parte de risa. Pasa continuamente en los dibujos animados. El correcaminos tiene el cuerpo destrozado de tantas carcajadas.

De la familia del Pato Donald.
En Getting On, un remake de la serie de la BBC Four del mismo nombre, también ocurre, es más las tortas y las caídas llegan en tres dimensiones; todos caen, todos reciben una y otra vez sus buenos leñazos. Las primeras en caer, como Lilian, son las “arrecogidas”, las ancianas desgreñadas medio locas o inconscientes y siempre solas que aún respirando el aire infecto de la sala no han perdido la esperanza de abandonarla algún día; las mujeres silenciosas que miran y miran mudas como se les acerca sonriente Anthony con su cajón forrado de rosas rosa que las sacará de allí con los pies por delante. Su fracaso parece definitivo, su proyecto finiquitó cuando embarcaron en la Billy Barnes, aunque alguna como Birdy reciba la visita semanal de un ardiente amante y como si tuviera quince años ande practicando sexo por los rincones. 

Birdy es una anciana muy, pero que muy salida.
Pero quien de verdad recibe las tortas es el personal que las atiende, pongamos la enfermera Dawn, a la que interpreta Alex Berstein, la voz de Louis Griffins de "Padre de Familia". Dawn lleva escrito en el rostro "Born Losser," lo es. Engañada por su último marido, siempre ansiosa por conseguir el siguiente, Dawn  se deja pisotear, a pesar de sus hermosas botas vaqueras, por todos, la dirección del hospital, la de la sala y aún por el nuevo coordinador de enfermeras, el "hada gorda" conocida en el mundo como Patsy de la Serda, quién a pesar de mamársela la llama sándwich de mierda sin pan, y eso sólo porque no ha rellenado convenientemente el formulario de auto-evaluación. Ni siquiera las botas la salvan del tortazo. Lo cierto es que aún está a tiempo de fracasar mejor. Seguro que en los próximos episodios lo intenta de mil maneras diferentes.


Dawn, al decir del de La Serda un sandwich de mierda sin pan.
Y qué decir de Denise, Didi, para los amigos,interpretada por Niecy Nash (Hombre sin alma), la negra entrada en carnes con dos hijos a la que la crisis ha obligado a volver a trabajar y que también recibe tortazos y bilis de todo el escalafón, desde Dawn a la doctora James, pasando por De La Serda, sobre todo de las enfermas, racistas o medio locas y que sin embargo derrocha cantidades ingentes de sentido común, paciencia y ternura. Sólo tiene un defecto para el Mount Plams, es políticamente incorrecta.

He estado tan enferma...
Si hablamos de la directora de la sala, la doctora Jenna James, lo primero que hay que decirle es que debe leer a Samuel Beckett, sobre todo su poema sobre el fracaso, el que termina conPrueba otra vez, fracasa otra vez, fracasa mejor. O en su defecto a Miguel Albero  y seguir sus Instrucciones para Fracasar Mejor. Degradada por sus histerias y sus polvos para la nariz, se entrega en cuerpo y alma al estudio de las diecisiete clases geriátricas de heces, estudio con el culminará su carrera al parecer repleta de "naufragios", mientras tanto se niega a seguir las normas del "Pato Donald". La interpreta Laurie Metcalfe, más conocida últimamente como la madre de Sheldon Couper de Big BanTheorie.


Y quien desde luego fracasa en cada intento, aunque por ahora sea él quien pegue las tortas es el coordinador de enfermeras, ese león marino misántropo, implacable con los débiles y un gatito compasivo consigo mismo. Míradlo bien en su esquina del ring: El hada gorda de lo politicamente correcto, con casi doscientos kilos y ninguna derrota ¡¡Patsy de la Serda!!, como suena. Lo interpreta Mel Rodriguez de Community. 


¿Naufragará Getting On? Se sobreentiende que a  la HBO no le "interesan” las audiencias, que la televisión que la cadena de cable ofrece es una televisión de “calidad”. Con Getting On podrían haber estado a punto de conseguirlo de nuevo. Al parecer va a ser que no, que el fracaso del "embarque" es tan imparable como el de la tripulación. A los críticos americanos no les ha gustado la descarnada imagen, apenas iluminada con unos tubos neón de la decrepitud y el abandono. Los muertos y los ancianos apestan, mejor se esconden, vienen a decir los críticos americanos, no se hace una comedia con ellos.

El personal a cargo del embarque
Y la pregunta es: ¿en qué pensaba la HBO cuando encargó la serie, a  Mark V. Olsen y Will Scheffer, los creadores de Big Love? ¿En el éxito o en el servicio público? ¿Esperaban que el personal menor de cincuenta años disfrutase viendo a unos viejos arrugados, secos u obesos masturbándose? ¿O que alguien de más de cincuenta, que posiblemente tenga a su padre o a su madre en una sala parecida, perdiese su ocupadísimo tiempo contemplándolos mientras vomitan o simplemente se mueren? Seguro, seguro que pensaba en el servicio público, en la necesidad de educar a sus clientes en las "verdades" de la vida.



Si la veis y merece la pena que lo hagáis, comprenderéis que su humor no es que sea diferente, es incomodo. Echadle un vistazo a este adelanto del quinto episodio, os haréis a la idea.


sábado, 14 de diciembre de 2013

EL ARMARIO DE BONES I

 
Booth no es el armario de Bones, sólo está cañón.

Hace unas semanas la página de estilo de The Huffington Post publicó un artículo sobre los 13 Personajes de la Televisión a los que estarían dispuestos a robarles el armario (enlace), el primero era Olivia Pope de Scandal, que como no podía ser de otro modo se viste de grandes diseñadores Armani, Dona Karan, Max Mara. En segundo lugar aparecía Diane Lockhart de The Good Wife, la gran litigante, "la gran lagarta" de fino olfato, la mujer que mejor frunce la nariz de toda la televisión, la que mejor, con permiso de Sharon Stone cruza y descruza las piernas. 



Si las autoras del post necesitan cómplices me apunto, me da igual tener que llevarles la cizalla o empujar los baúles. No me importaría hacer el trabajo sucio con tal de acudir cada día a mi trabajo (concesionario de coches de lujo) igualita, igualita que la doctora Camille Saroyan, nuestra Cam de Bones a la que los del Huffington Post citan en séptimo lugar, eso sí luciendo el "Fedora" blanco de Olivia Pope, me pirrían los sombreros.




Pero es imposible. Y no porque me falte el tipo sino porque en mi contrato de trabajo hay una clausula leonina (la cumples o te despido) que me obliga a comprar mi ropa de trabajo en el chino de la esquina. ¿No lo entendéis? Pues es muy sencillo, mi jefa mantiene la creencia de que los hombres menopaúsicos están más dispuestos a gastarse 60.000, 100.000 euros en un coche de lujo si quien se lo vende es una mujer como la suya, una mujer de la quieren huir a toda velocidad. 



Y aunque la norma no se aplica a la chica de la recepción que es una vulgar imitación de la exuberante Joan Holloway de Mad Men, (un cebo cerquita de la puerta para que se hagan la ilusión de que se irá con ellos), el resto somos mujeres normales vestidas como las chinas de la época de la revolución cultural. Un desperdicio; pero como la cuenta de resultados le da la razón (lo sé, soy la contable) y ha echado sin miedo al comité de empresa a quien no lleva el "uniforme" y una tiene que comer, es un sueño imposible que luzca alguna vez  uno de esos incitantes vestidos vendaje en los que se embute últimamente Cam, la Gran Jefa del Laboratorio Forense del Jeffersonian. Casi todos de la diseñadora Karen Millen.




Este que lució en el episodio sexto de la novena temporada "The Woman in White" se parece al que lucía Marilyn Monroe cuando le cantó al presidente Kennedy eso de "Happy birthday missssster presidenttttttt", un poco menos descocado, claro, porque a la doctora Saroyan le faltan las caderas de Marilyn, pero menuda figura. 



De cómo la consigue tenemos una ligera idea. La dieta de Cam consiste en hacer oídos sordos cuando su estómago ruge de hambre (¿recordáis que cuando, en el episodio El veredicto de la Historia, Caroline les esta preparando para testificar contra el padre de la doctora Brennan, a ella le dice que coma antes de subir al estrado para que el jurado no oiga sus tripas. 


¿Qué me decís de estos tres? ¿No creéis que son ideales para recoger un cheque con cinco ceros de un señor al que los cañones de la barba le empiezan a salir blancos, pongamos de unos cuarenta y dos, cuarenta y tres años y unos bíceps de campeón olímpico de halterofilia?  El negro lo estrenó en el episodio cinco, The Lady in the List, un  crepe negro con cremallera de L'Agence, cuesta sólo 490 dólares. El azul y negro es un brocado maravilloso que llevó en el episodio cuarto The Sense in the Sacrifice, su precio 350 dólares, es mi favorito, éste y el siguiente son de Karen Millen. El blanco y negro de pata de gallo lo lució en el episodio 10 The Secret in the Meat es un Karen Millen para Signature Jersey Shift Dress y cuesta unos 250 dólares.

Y aunque no me creéis cuando digo que el problema de Bones es la economía fijaos en la siguiente foto:


Si, es Queen de Scandal y lleva el mismo modelo de Karen Millen que Cam


Desde luego le sienta mucho peor, porque el físico no le acompaña a la actriz. Y yo me pregunto, cómo es posible que la Jefa del Jeffersonian, la mujer que lleva ocho años haciendo las autopsias más asquerosas de la televisión no pueda lucir un modelo en exclusiva. Y no es el único.

El punteado en azul con galones negro y púrpura le debe traer malos recuerdos a la doctora, lo llevaba cuando en el segundo episodio The Cheat in the Retreat la detuvieron por estafadora, que ella no hubiera sido no le evitó el mal trago de pasar por el calabozo hasta que Booth pidiendo "favores" la rescató. Es una vez más de Karen Millen y cuesta 299 dólares. El del centro, el azul aguamarina es precioso, de la diseñadora Jakie O y el precio te lo dirán cuando ya hayas tecleado el pink de la tarjeta de crédito, mientras tanto "se desconoce". Lo lució en el episodio nueve The Fury in the Jury. El siguiente, de punto gris con aplicaciones de encaje negro es de Diane von Furstenberg de 500 dólares, la verdad es que con un vestido así que te roben la identidad tiene hasta cierta lógica, quién no querría llevar un vestido como ese.

Sí, Amanda de la serie Nikita lleva uno igual
Cam tiene incontables vestidos, pero incluso con el mono de abrir muertos, cortar cerebros para hacer carpaccio o extraer fluidos está siempre elegante a la par que nada discreta.




Y  qué me decís del estilo que tiene eligiendo camisa a pesar de la resaca, qué os parece la verde de seda que se puso al día siguiente de la pelea en la fiesta de despedida de soltera de Brennan.


¿Verdad que parece una niña buena?
Pues os equivocáis. la doctora Saroyan lo disimula muy bien porque es una profesional, pero con el traje que más a gusto se siente, el que mejor representa lo que ella piensa de sí misma es este:

CATWOMAN

Y sabéis qué, que revisando los episodios de la novena temporada me he dado cuenta que robar sólo el armario de Cam no es una buena idea; ya que una se arriesga a que la detengan por qué no hacerlo a lo grande. Sí, por qué no robar el armario de Angela y sorpresa... ya puesta por qué no el de la doctora Brennan.


Estos tres los lucieron para ir de boda.















lunes, 9 de diciembre de 2013

BONES. Reseña THE SPARK IN THE PARK. .


BRENNAN Y EL MOVIMIENTO DE LOS ÁNGELES

Al principio me costó encontrarle el sentido a este episodio. No entendía la necesidad de que para mostrarnos la belleza matemática de los movimientos de los ángeles fuera necesario convertir al agente Seeley Booth en un hombre enfadado y odioso, ajeno al bondadoso, dulce, sexy y cañero que en realidad es. 


Pero no es él quien está fuera de carácter sino la doctora Brennan. Por primera vez en ciento setenta y ocho episodios la doctora antepone sus instintos a las pruebasla presunción a los hechos; y eso no sólo me despista a mí, mera espectadora, sino que ha descolocado totalmente a Booth, "Esta no es mi Bones que me la han cambiado" parece pensar cada vez que la mira interactuar con el padre de la victima. Que al final sea él quien pida disculpas por su comportamiento no tiene más sentido que las ecuaciones de los giros perfectos en el aire de la víctima con la que nos han manipulado al final. Una brillante manipulación, por cierto.



Si algo deja claro el episodio es que cualquier ciudadano de Estados Unidos y de la Unión Europea, por supuesto, menor de cincuenta años es consciente de que no basta con ser testigo de la historia, que es necesario ser elemento activo, documentar y por supuesto difundir esa participación de la manera más rápida y eficaz posible.Y se equivocan los malpensantes que llaman a eso vanidad; la participación ciudadana es uno de los grandes ítems de nuestra época y los guionistas de Bones siempre atentos a los acontecimientos consuetudinarios que acontecen en la rúa no han dudado en “documentarlo”.


Y así The Spark in the Park comienza con una pareja que bajo una gran tormenta, de noche, en medio de un campo de centeno, se está haciendo fotos con un cadáver por medio. Sus intenciones son la de todo buen ciudadano; dejar constancia de cómo lo han encontrado no vaya ser que la tormenta altere la escena. Hacen las fotos de rigor y antes de irse cubren el cuerpo con su paraguas, lástima que éste atraiga un rayo y  el cuerpo acabe carbonizado. ¿Qué probabilidades hay de que a un cadáver lo parta un rayo? Una gran pregunta que el episodio a pesar de tanta fórmula matemática deja sin  respuesta.
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Para los protagonistas el episodio comienza con la visita de Cam al FBI, va a encontrarse con Haley Kent, la supuesta amiga que le robó su identidad y su reputación. Booth no entiende la necesidad pero Cam es una buena amiga; el encuentro resulta como cabía esperar:



La salva la llamada de telefónica de rigor, tienen un cadáver. Del examen de los restos el equipo del Jeffersonian deduce que la víctima, una adolescente, ha sufrido un maltrato continuado, sus huesos están llenos de fracturas algunas aún no remodeladas. La reconstrucción facial se hace difícil hasta que incrustado en los huesos aparece un relicario con dos fotografías, posiblemente de los padres. Angela construye el rostro de la chica a partir de las fotos. La víctima resulta ser Amanda Watters. 


De la documentación facilitada por los buenos ciudadanos, el doctor Sweets deduce y así se lo hace saber a Booth que la víctima había sido maltratada y además asesinada por uno de sus padres, otro posiblemente se había encargado del traslado del cadáver. Porque ¿quién si no alguien que la quisiera habría colocado sus brazos tan cuidadosamente?, ¿quién le habría cubierto el rostro sino alguien para quién mirarla muerta fuesese demasiado doloroso?


Y el agente Booth le cree y actúa en consecuencia cuando interroga al padre, el doctor Leon Watters (interpretado por Richard Schiff), en presencia de Brennan. El doctor, un físico teórico abstraído en su nebulosa de ecuaciones e infinitos, sigue con sus cálculos de vectores y movimientos a pesar de que le acaban de comunicar la muerte de su hija. Booth no entiende el despego, Brennan, en cambio le pregunta si prefiere terminar su trabajo antes de hablar, pero Booth no lo consiente, tiene que hablar ahora. El doctor les explica que su esposa murió hacía un año, "Una terrible coincidencia" apostilla Booth y entonces el científico autista después de explicarles que Amanda era una gimnasta de nivel nacional, que recibía sus clases por internet, sin solución de continuidad añade que Booth tiene una mente estrecha y una visión muy limitada del universo. Y cuando Booth, frustrado, reacciona escribiendo en la pizarra la palabra "Hija", Brennan le pide, increíblemente, que pare.


A partir de esa escena, todo cambia. Asistimos, como Sweets a la primera pelea del matrimonio. Brennan, atenta al estrés del doctor Watters se olvida de Amanda, de su necesidad por encontrar la verdad y en contra de lo que ha sido el personaje durante toda la serie, lo considera inocente, sin más pruebas que el puro instinto. Todo porque es un genio como ella y Booth es incapaz de entenderlo

“Si os perdiera a ti y a Christine en menos de un año, la única forma en la que podría sobrevivir sería trabajando y ni siquiera estoy segura de que eso funcionase”, dice. Y cuando Booth le contesta “Estás diciendo que no la ha podido matar porque es un intelectual”, ella en vez de cuestionarse sus razones le dice. “Estás siendo muy duro con él”. Y a partir de aquí toda la trama gira en torno a la identificación de Brennan con Leon Watters.



Booth va donde le llevan las pruebas, al gimnasio donde entrenaba y conoce a la mejor amiga de Amanda, Ellie Pitera la que interpreta la campeona olímpica de gimnasia McKayla Maroney, ella podía ser una sospechosa, la fractura no remodelada de Amanda se la produjo en un entrenamiento porque Ellie no la sujetó en una voltereta, podía haberlo hecho por celos, Amanda era la mejor; pero no Ellie no la mató, además les da una información muy valiosa. Amanda salía con otras gentes y tomaba drogas.



Y justo en la mitad del episodio se produce una de las escenas más emotivas. Brennan, sin ninguna razón aparente, regresa al despacho de Watters, la escena no tiene desperdicio. La doctora intenta salvar al hombre convencida de que al quedarse solo si abandona el  trabajo (al llegar las ecuaciones de la pizarra han desaparecido), terminará suicidándose y esa es una opción sentimental y no racional que llevará a las autoridades (entiéndase Booth) a creer que ha sido el responsable del asesinato y a dejar de buscar al culpable. Lo convence, lo convence, sí, y el hombre termina pidiéndole que encuentre al culpable.



En ello anda Sweets que espiando los chats de la escuela de Amanda encuentra a su camello MabMolly, el interrogatorio es divertido:
"— ¿Diecinueve años? —dice el doctor—, ¿un poco raro que sigas en el instituto.— ¿Cuántos tiene usted, veintidos? Es raro que lleve traje —le responde MabMolly."

A través de él tienen noticia de Rachel Hewes, la amiga de Amanda con la que compartía la afición a las drogas. Rachel llega al interrogatorio cubierta de moratones. Su padre la tiró por la escalera cuando le informó de que estaba harta de ser un genio, que iba a abandonar el chelo. Les cuenta que hicieron un pacto, que ambas iban a dejar de hacer lo que hacían para vivir la vida. Amanda iba ir a decírselo a su padre la noche en que murió.


En el laboratorio mientras tanto Angela y el doctor Hodgins han conseguido averiguar que una tarjeta de acceso que apareció con el cadáver y que el rayo había destrozado, pertenecía al edificio de la Universidad dónde trabaja el padre de la víctima. Amanda fue a verle la noche de su muerte. 

Y hete aquí que el padre, increíblemente dice que no vio a su hija. Y una vez más Brennan le ayuda, le pregunta qué cenó aquella noche y eso remueve los recuerdos del olvidadizo padre. Si, debió ver a su hija porque cenó, era jueves y tocaba pollo. Y entonces Brennan, con su vieja voz, confiesa, mientras Booth apesadumbrado oculta el rostro entre las manos, que “A veces cuando "estamos" trabajando incluso la presencia de alguien a quien queremos puede ser una distracción y añade mirando a Booth "Incluso una molestia". Y Booth se levanta y dice "Ridículo", e insiste que podría haberla matado y de nuevo, increíblemente, Brennan interviene "Yo nunca te haría daño, Booth"



En fin, el asesino resultó no ser alguien que la quería, con lo cual toda la ciencia del doctor Sweets devino en meras paparruchas. Amanda murió porque prefirió seguir siendo quién era e incumplió un pacto. Las pruebas estaban en sus huesos y Arastoo y Brennan las escuentran. Y el doctor Watters por muchas fórmulas matemáticas que escriba en la pizarrá vivirá el resto de su vida sin “recordar” que una vez tuvo una hija a la que dejo morir por no ser capaz de verla.


Por cierto, que no se me olvide, Arastoo, un hombre de paz y perdón, consigue que Cam se reconcilie consigo misma y sea capaz de dejar atrás el crimen que su amiga ha cometido contra ella.



Emily Silver, la guionista, nos ha mostrado a una Brennan aparentemente como la de las primeras temporadas, capaz de sentir empatía con alguien de su misma experiencia y la ha llevado hasta el extremo de identificarse con un sospechoso, olvidando la esencia del personaje, su racionalidad y su amor por la verdad. Y no ha sido gratuito.


"Sus patrones de conducta son como los míos, Booth", le grita a su marido cuando le reprocha que se haya puesto de su lado en la sala de interrogatorios. Pero  esa Brennan ya no existe o al menos eso pensábamos después de ver lo que va de la novena temporada, la Brennan de ahora no se habría olvidado de Christine ni del amor que dice sentir por Booth. Ella habría visto a su hija.


Y no, no ha sido gratuita la identificación. Lo han hecho adrede. A nadie le importa el doctor Watters, lo importante era que viésemos como se sentiría Brennan si fuera ella quien perdiese a Booth y a Christine, a ella encerrada en el trabajo y ciega al mundo. Un golpe directo al corazón de los espectadores en busca de la emoción y claro está del éxito.

Pero aunque las formulas matemáticas del movimiento de los ángeles, sus primeros pasos, sus volteretas, sus saltos gimnásticos,  eran una hermosa imagen, mientras el padre dibujaba el infinito y Amanda descansaba en paz, yo me preguntaba ¿de verdad era necesaria tanta manipulación para conseguir el éxito del episodio, o es que este es el preámbulo al final de la serie?


¿Qué pensáis?