martes, 26 de enero de 2016

Bones. El futuro en la prórroga.


Por Elizabeth Rettig

Se viven momentos de tensión en el fandom de Bones. Y no es para menos, ya que es probable que nuestra serie favorita se encuentre viviendo sus últimos meses al aire en la televisión americana. Poco importa si has seguido la serie desde su estreno en el lejano 2005, o si te enganchaste el mes pasado. Por más que los boneheads llevemos meses (o incluso, años) preparándonos para el inminente fin, a la hora de la hora resulta que ha siendo nula nuestra preparación, porque Bones es de esas series que dejan huella.



La lealtad de sus fans ha mantenido a la serie a flote durante casi 11 años. Gracias a los boneheads, Bones ha sobrevivido cambios de horario, huelgas de escritores, hiatus que parecían interminables, storylines que prometían mucho y aportaron poco, personajes indeseables cuya estancia se prolongó más de lo deseado… Varios son los problemas que ha enfrentado Bones a lo largo de su (ya larga) vida, cada uno ha puesto a temblar a los boneheads en su momento y nos ha hecho preguntarnos si ya es tiempo de despedirnos de la veterana serie.




Seamos honestos, ¿quién no pensó que Bones llegaría a su fin cuando FOX la mandó al terrible horario de viernes a las 8:00 p.m.? ¿O cuando hace unos cuatro años se decía que David Boreanaz dejaría la serie? Hace casi un año el fandom era un verdadero desastre, con los fans quejándose por el rumbo que habían seguido las historias y las malas decisiones que tomaban los que llevaban las riendas de Bones. En cada ocasión el fin parecía estar a la vuelta de la esquina. Sin embargo, como el ave Fénix, Bones resurgió de sus cenizas, gracias al apoyo incondicional de sus fans y, poniéndonos un poco cínicos, a lo rentable que la serie es fuera de Estados Unidos.




Sin embargo, a pesar de todas las veces que Bones se ha salvado de la cancelación, todo llega a su fin. A la lista de problemas se suma ahora una demanda que involucra a David Boreanaz y Emily Deschanel, por un lado, y a la compañía por otro. Es triste que un problema off-screen sea lo que termine con una serie tan mítica como Bones, y una vez más los boneheads hemos comenzado a prepararnos para lo que, ahora sí, parece inminente.


Seguramente se preguntarán a dónde quiero llegar con todo esto. No se trata de una carta de despedida de una simple bonehead dedicada a la serie que le ha dado tanto durante 10 años. No. El verdadero motivo es que, platicando con mi amiga Marien el otro día sobre el probable fin de Bones, ella hizo un comentario de lo más acertado que, naturalmente, despertó mi curiosidad. He aquí su mensaje:


Vaya que tiene razón. Algunos de los partidos más emocionantes que yo, aficionada a este deporte de toda la vida, haya visto, se han ido a prórroga.

¿Quién no recuerda la final del mundial de Sudáfrica 2010, cuando España y Holanda empataron a ceros en el tiempo reglamentario, y todo se decidió gracias al agónico gol de Andrés Iniesta? ¿O la final de la Champions League de hace un par de años, cuando el Atlético de Madrid le ganaba uno a cero al Real Madrid, pero un gol de Sergio Ramos en el último minuto los mandó a prórroga, y los merengues terminaron siendo campeones de Europa?




Bones es el equipo que se niega a dejarse vencer. A pesar de jugar en cancha ajena, con la afición en contra, no deja de pelear por el balón. Nos tiene acostumbrados a finales cardíacos, a remontadas históricas que parecen imposibles, gracias a su coraje ha sabido hacer frente a las circunstancias adversas. Ha jugado contra los grandes, y les ha dado pelea. Se ha alzado victorioso cuando nadie le apostaba un peso, y ha mantenido la frente en alto cuando le ha tocado perder. En estos momentos está abajo en el marcador y el tiempo expira, pero, ¿Quién sabe? Tal vez anotan un gol agónico y nos vamos a prórroga, ellos como jugadores y nosotros como su fiel afición.

Tal vez la prórroga no se manifiesta en forma de una temporada final, sino como una película. Es probable que, en 10 años, algún bonehead se convierta en cabeza de FOX y decida “revivir” la serie, como está tan de moda últimamente. Nada es seguro. Lo que sí sé es que Bones tiene vida, porque sabe que el último minuto también tiene 60 segundos. Lo único que nos queda, como fans leales que somos, es mantenernos en nuestros asientos y esperar eso, un gol milagroso que nos mantenga en la competencia.




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