viernes, 24 de octubre de 2014

Bones. "Suéltate el pelo". Momentos Estelares. I


A lo largo de la historia se han producido momentos significativos que si bien no cambiaron el devenir de la humanidad si supusieron una inflexión, un cambio sutil, bien en el comportamiento de los hombres o bien en su pensamiento; momentos que a pesar de su aparente insignificancia con el tiempo repercutieron en los grandes cambios, revoluciones y rupturas que nos han traído hasta aquí. Stefan Zweig nos lo contó en un interesantísimo libro: Momentos Estelares de la Humanidad.

El otro día haciendo limpieza en mi biblioteca me lo encontré, al releerlo surgió la idea. Todos conocemos los grandes momentos de Bones, sin embargo hay otros que fueron como estrellas fugaces, surcaron el cielo y por unos instantes seguimos maravillados su estela, esperando que llegara el choque o simplemente que nos dejaran cabalgar la cola del cometa. Pero nunca sucedió, nunca sucede, porque lo que es propio de los momentos estelares es su fugacidad.

Voy a abrir sección en el blog para aprehenderlos, para que no se nos olviden, porque en realidad fueron los precursores de lo que nos traído hasta aquí, juntos después de diez años. Sin orden ni concierto, conforme los vaya recordando aparecerán.

I.- SUELTATE EL PELO



Ocurrió en The Passanger in the Oven (4.10). Durante tres temporadas la tensión sexual se venía mascando entre Brennan y Booth sin llegar a concretarse, sin que las palabras se dijeran, ni en la intimidad de sus pensamientos se atrevían ellos a soñarse. Pero a veces lo callado se grita en silencio, a veces sólo basta una mirada, un gesto para que lo oculto se muestre. Y en mi opinión eso es lo que ocurre en esa escena.



En The Passanger in the Oven, Booth y Brennan viajan a China, la excusa está muy bien traída y el episodio escrito por Carla Kettner es de los que me gusta ver una y otra vez y no sólo por este momento estelar; Charlotte, la dama de los misterios es uno de mis personajes preferidos, gran señora del crimen, merecería aparecer en algún otro episodio.


Un cuerpo aparece de repente “asado” en el horno del avión. Booth aburrido y harto de su soledad apretujada en la clase turista, decide investigarlo. Brennan a falta de cámaras de alta resolución utiliza unas gafas de alta graduación para analizar los restos, son unas gafas preciosas, pertenecen a Nadine, la compañera de Charlotte que lleva todo el viaje durmiendo sobre el hombro de Booth. Clásicas, de pasta negra y estilo mariposa, Brennan está preciosa.


Y entonces Booth al verla, olvidando toda precaución, tratando de satisfacer una de sus fantasías de adolescente,  uno de sus sueños eróticos, con la voz ronca de deseo le pide:


—  Bones, quiero que te quites esas gafas, te sueltes el pelo y digas: “Señor  Booth, ¿sabe cuál es el castigo por no devolver un libro?


Pero Brennan no sería Brennan si no preguntará.


¿Por qué?
Y la pregunta rompe el encanto, el instante de deseo y satisfacción ha pasado, Booth no ha podido montar la cola del cometa.


— Déjalo —dice e insatisfecho se marcha.

Y entonces, entonces Brennan ensimismada, se quita las gafas y se suelta el pelo. Un instante estelar, precioso, que a Booth se le negó admirar.


 









Hasta que satisfecha se vuelve a poner las gafas.
Y ESTE ES EL GIF



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