martes, 11 de marzo de 2014

BONES. The Source in the Sludge.


Esta es Malala Yousafza una niña de 14 años a quien los talibanes paquistaníes dispararon, el 9 de octubre de 2012, por defender el derecho de las niñas de su país a recibir una educación (leer la noticia en El País)

Esta es Meena Amiri, una estudiante del norte de Afganistán. Meena explica en la página de la ONG Oxfam que en su país tratan a las niñas y a los niños de manera distinta: "A las familias no les importa que sus hijos reciban una educación, pero a muchos les supone un problema que las niñas vayan a la escuela.” Su testimonio completo así como el de otras mujeres afganas lo tenéis en la pagina de Oxfam (leer en Oxfam.org)

Esta es Shamsia,víctima de un ataque con ácido por los talibanes,15 de noviembre de 2008.
(Omar Sobhani / Reuters)
El Parlamento Europeo en diciembre de 2011 hizo una declaración sobre la Situación de la Mujer en Afganistán y Pakistán (leer aquí completa) , declaración que que comienza: "Considerando que, si bien las respectivas situaciones en Afganistán y Pakistán son distintas e indepen­dientes una de otra, la violencia tanto física como moral contra las mujeres sigue constituyendo una de las principales violaciones de derechos humanos de que se tiene noticia en Afganistán y Pakistán, especialmente en determinadas regiones; Considerando que las mujeres y las niñas siguen siendo a menudo víctimas de ataques con ácido, de violencia doméstica, de matrimonios forzosos —incluidos matrimonios infantiles— y de trata de personas, y continúan siendo objeto de intercambio en las resoluciones de litigios; considerando que la policía, los tribunales y demás funcionarios judiciales rara vez se hacen cargo de las denuncias de abusos presentadas por mujeres, incluidas las de violación y otras formas de violencia sexual, y que las mujeres que intentan escapar de tales penalidades pueden incluso acabar en prisión" (...).

Demasiado dolor, demasiadas vidas reales en riesgo como para que un "activo ficticio" de la CIA, se yerga en su valedora. Lo han hecho en el episodio de Bones, The Source in the Sludge.




Un episodio "moral" que comienza con dos pescadores tramposos encontrando, abandonados en una bolsa, los restos de Sari Nazeri, una exiliada afgana. Cuando Booth y Brennan van a hablar con el hermano de la víctima se encuentran en la casa a Danny Beck, el agente de la CIA amigo de Booth, que apareció en el primer episodio de la temporada, al que interpreta el Jedi de Sarah Michelle Gellar, como ella llama a su marido. Al final confiesa que Sari trabajaba para él, que intervino en una acción con la que la agencia consiguió eliminar a uno de los terroristas más peligrosos. Sari puso el transportador que guió el ataque de los drones. Él hermano no está muy contento, le echa en cara al "amigo" Danny que les prometió una vida feliz, una gran vida y sin embargo está obligado a trabajar en casa de los ricos. Danny no ha cumplido, ni siquiera ha protegido Sari.

Como la muerte sucede en territorio americano la jurisdicción es del FBI, Caroline Julian, la fiscal, se lo explica a Danny, Booth es su jefe. ¿Quién asesinó a Sari? En principio todo parece indicar que el asesino es el terrorista al que se supone muerto.  El crimen lleva su sello, porque han aparecido junto al cadáver dos lampreas, e Ibrahim, el terrorista, utilizaba en sus atentados serpientes, según el doctor Sweets es su modus operandi (que las lampreas sean peces sin mandíbulas y no serpientes es algo sobre lo que el doctor Hodgins no se pronuncia) 


Encontrar la causa de la muerte de Sari no es tarea fácil a pesar de la colaboración de todos los involucrados: las lampreas que excretan restos de la cuerda con la que estuvo atada; la CIA que facilita a Angela toda la información disponible sobre la red terrorista de Ibrahim (la pobre se revisa las imágenes de los reconocimientos faciales de los aeropuertos buscando su rostro, pero no, no lo descubre); Daisy, Daisy trabaja denodadamente y sin embargo no da ni una, falla en todo, en reconocer la antigüedad de las heridas en el brazo de la fallecida, en descubrir que la habían arrastrado. Está estresada, la han suspendido en el examen oral del doctorado. La sinceridad es el camino que le recomienda Sweets, su gran amigo al que hecha mucho de menos, como amigo, claro, aunque también como amante. Y sinceridad por sinceridad, la doctora Brennan además de reconocerle la humillación, le explica que también suspendió el examen oral, claro que en su caso fue porque les dijo a los profesores que no tenían la capacidad suficiente para evaluarla.


Angela no descubre a Ibrahim pero descubre las pistas que les llevarán a atrapar al asesino: a un tal Derek Johannesson, antiguo suboficial del ejercito que fue carcelero de Ibrahim y los vídeos en los que Sari, orgullosa, confiesa no arrepentirse de sus acciones porque según dice "desde aquí puedo trabajar para que cualquier chica tenga acceso a la educación (en Afganistán) sin miedo a las consecuencias. Aquí puedo hablar  de la libertad que puede llevar la luz a una parte del mundo que ha vivido en la oscuridad demasiado tiempo. No hay sacrificio demasiado grande a cambio de que eso ocurra", termina diciendo. Un conmovedor mensaje. ¿El fin justifica los medios?

Como no encuentran pistas de que Ibrahim pueda estar involucrado en el asesinato en venganza por el ataque de los drones, Booth y Brennan piensan que el asesino puede ser el hermano, después de todo Angela ha encontrado un móvil prepago de su propiedad desde el que llamaba al número dos de la red de Ibrahim. Iba a entregar a Sari para que le permitieran regresar a Afganistán. Pero no es cierto, él no ha traicionado a su hermana, quería volver, sí, pero porque allí era respetado. En Estados Unidos no es nadie. En un momento determinado intenta huir, cuando Booth le detiene va Brennan y sin venir a cuento le pega un puñetazo, sería para enseñarle lo que es el respeto. 


Pero el hermano no es el asesino, en un momento determinado  se encara con Danny para decirle que Sari ya no era la misma, que salía por las noches y no regresaba. El agente agacha la cabeza y miente, también le miente a Booth cuando le interroga sobre por qué no investigó el cambio de actitud de su "activo". Al final el agente confiesa, no sólo no la estaba investigando sino que se estaba acostando con ella. La amaba, dice. Booth quiere detenerle por obstrucción a la justicia sobre todo cuando Cam encuentra  en la víctima una herida de cuchillo, un cuchillo tan especial que sólo, según descubre, Angela se fabricaron ochocientos; una edición especial para las fuerzas especiales. Booth sabe que el cuchillo es de Danny, él recibió uno igual (que supiéramos hasta ahora Booth pertenecía a los Rangers). "En la guerra ocurren cosas, acabas haciendo cosas que podrían destruirte si salen a la luz", le explica Booth a Brennan "¿Crees que ella estaba chantajeándole?" le pregunta ella.

Pero Danny no la mató, al contrario, le entregó el cuchillo para que se defendiera, porque ella era también su vida. Booth hombre paciente y generoso termina consolándolo por la perdida. Y todo se resuelve cuando Cam encuentra, a última hora, en los pulmones de la víctima, aspirado, un trozo de piel del asesino al que mordió. ¿Cómo murió? Deshidratada, como al parecer murieron algunas de las víctimas del atentado, bajo las piedras de la casa bombardeada a la que nadie socorrió.

¿Quién mató a Sari? Los intereses, el amor y la venganza. Los tres "activos" de la muerte. El asesino resultó ser el antiguo carcelero, pagado por la familia de Ibrahim, querían venganza. La vieja ley del Talión Ojo por Ojo, Diente, por Diente. Y se valieron para conseguirlo del amor por el interés compuesto de un americano y del poco celo vigilante del agente al cargo, más preocupado con que la agencia no descubriese la relación que en proteger a su amor.


Y lo más interesante se produce justo al final del episodio. El departamento de Justicia llega a un acuerdo con el asesino. Diez millones de dólares y la inmunidad por entregarles la red terrorista de Ibrahim. Por supuesto que a Brennan y a Booth les parece mal. Cuando el asesino sale de la sede del FBI se encuentra con Booth y Danny, satisfecho dice "Los negocios son los negocios". Pero se equivoca, no sabe con quien se la juega. Si el Departamento de Justicia lo ha liberado no hará lo mismo el Ejercito. Su jurisdicción es sobre los soldados y ha sido un traidor, como mínimo le espera la pena de muerte. "Esto no va a salir bien, tíos", les amenaza. Y Booth le responde "Los negocios son los negocios".



¿Al final saldrá ese negocio bien? Por lo pronto ni Booth ni Brennan se lo plantean y disfrutan en la escena final de un buen whisky de malta de más de treinta años, de un beso y de una buena historia. La del episodio no lo ha sido.


PP. Que la doctora Brennan estuviese desde su primera escena disgustada porque la compañía de su seguro de vida le cobra una prima más alta que a Booth por hacer trabajo de campo no es, aunque ella lo crea, demasiado racional.


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